Revista Medio Ambiente
Revista Medio Ambiente Castilla-La Mancha
La Revista Medio Ambiente Castilla-La Mancha es una publicación gratuita editada por la Consejería de Desarrollo Sostenible.

Anticipando el futuro

El Plan de Gestión de Residuos Urbanos de Castilla-La Mancha 2008-2018
Gestión de Residuos
26 de Octubre de 2023
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La recogida selectiva en origen y la recuperación de materiales en los Centros de Tratamiento de Residuos Urbanos son un buen ejemplo de la puesta en valor de los recursos contenidos en los residuos. En la fotografía, un punto limpio y balas de aluminio recuperado

Próximamente verá la luz oficial el Plan de Gestión de Residuos Urbanos de Castilla-La Mancha 2008-2018. Este hecho se convierte en singular por lo innovador de su contenido y de su proceso de elaboración y tramitación, así como por anticiparse a las exigencias de lo que será la próxima Directiva Europea de Residuos y a las recomendaciones del IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU).

El Plan se concibió a partir del marco definido por unas “Ponencias Técnicas” integradas por los diferentes actores interesados, administraciones, mundo científico y técnico, agentes sociales y económicos, industria, ecologistas, etc. Estas Ponencias realizaron su trabajo durante cuatro meses en cinco reuniones y definieron de manera concertada los requerimientos básicos del Plan. Dichos encuentros tuvieron su culminación en diciembre de 2007, con un importante acto público en Toledo abierto a toda la sociedad manchega y que puso de manifiesto los elementos y las soluciones más discutidas a lo largo de las Ponencias Técnicas.

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Completar las acciones previstas para el sellado y rehabilitación de los viejos vertederos es uno de los objetivos del Plan
Los contenidos del Plan presentan muchos elementos de innovación. En primer lugar, el Plan se configura en torno al concepto de la prevención y al de máximo aprovechamiento de los recursos y mínimo vertido.

Es el primer Plan autonómico español que incorpora un auténtico programa de prevención, anticipándose a las exigencias de las nueva Directiva Europea de Residuos. En este sentido, el Plan incluye, entre sus objetivos, evitar la generación de 65 kilos por habitante al año de Residuos Urbanos de los 585 potencialmente generables en 2018, lo que equivale a reducir el 11 por ciento del potencial de generación estimable para ese año.

El programa de prevención presenta, además, innumerables medidas, instrumentos e indicadores, entre las que se incluyen la promoción del ecodiseño, el fomento de la reutilización, el establecimiento de acuerdos voluntarios con sectores específicos, los instrumentos normativos y económicos, y las actuaciones en materia de concertación y sensibilización y educación.

Además, pone su foco en cinco grandes áreas temáticas: la materia orgánica, los envases, la publicidad no deseada, el papel-cartón, y la reparación y reutilización de aparatos y enseres, a cada uno de los cuales, ya sea por sus características o por su potencial de prevención, se le dedica un programa de acción específico.

Asimismo, el Plan establece la prohibición del vertido de los residuos “primarios”, es decir, aquellos que son recogidos en masa sin ningún tratamiento previo, y sólo acepta la deposición de residuos secundarios, que son los rechazos de cualquiera de los sistemas de tratamiento o pretratamiento.

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Otro de los retos del Plan es hacer que todos los ciudadanos tengan fácil acceso a los Puntos Limpios
Otro elemento de gran importancia es la identificación de dos flujos claros dentro de los residuos urbanos. Por una parte, están los residuos domésticos, que son los que generan los ciudadanos en sus propios domicilios y, por otra, están los denominados RICIA (residuos institucionales, comerciales, industriales, asimilables a los urbanos). Este último flujo es de máximo interés porque representa casi el 30% de los residuos urbanos y porque posee un gran potencial en cuanto a la recogida selectiva de materiales y, en particular, de materia orgánica de gran calidad y en grandes cantidades.

Así, los objetivos del Plan se establecen en lo que se refiere a la recogida selectiva, tanto para los residuos domésticos como para los RICIA, y se diseñan las estrategias en función de esta doble realidad.

El Plan pretende conseguir de la manera más ecoeficiente los mayores resultados en la recogida selectiva tanto de materiales, como el vidrio, el papel y los envases ligeros, como de los restos de comida y poda. A partir de ahí el Plan se imbuye de la cultura del aprovechamiento de la fracción resto, esto es, lo que queda después de todas las recogida selectivas. Este planteamiento persigue dar una segunda vuelta de tuerca a los residuos no recogidos de forma selectiva para conseguir separar todavía aquellos que tienen algún valor y dejar preparados para su ulteriortratamiento a los restantes.

Con este fin, el Plan anterior estructuró el territorio de la Comunidad en ocho unidades de gestión y en cada una de ellas instaló un sistema de tratamiento mecánico-biológico previo al vertido. El nuevo Plan asume todas estas infraestructuras y plantea diferentes alternativas de mejora en las instalaciones existentes para conseguir el objetivo de un vertido mínimo y en su caso de máxima garantía. De hecho, uno de los objetivos recogidos en el nuevo Plan es el de depositar menos de 100 kg/hab.año en los vertederos de la Comunidad antes de finales de 2018.
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El nuevo Plan asume todas estas infraestructuras y plantea diferentes alternativas de mejora en las instalaciones existentes


Se trata, en definitiva, de automatizar al máximo los tratamientos mecánicos para la separación de los materiales y de mejorar las condiciones de los tratamientos biológicos, mediante túneles que eliminen los olores y mejoren los procesos, destinándolos, fundamentalmente, a los restos de comida recogidos selectivamente, en domicilios y sobre todo en grandes consumidores.

El Plan completa las acciones emprendidas para el sellado y rehabilitación de los viejos vertederos y dispone de un programa de universalización de la red castellano-manchega de puntos limpios y otro para la recogida y conversión en biocombustibles de los aceites usados de origen vegetal.

Se presenta un completo programa de concienciación y sensibilización dentro del cual figura por primera vez en España, la actuación de los “embajadores del reciclado” cuya misión es ayudar y orientar a los ciudadanos para conseguir los mayores resultados en la prevención y en la recogida selectiva.

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Un instrumento de máxima importancia para el desarrollo del Plan es la Oficina para la Prevención y el Reciclado de Castilla-La Mancha, que trata de promover las diferentes acciones contenidas en el Plan y coordinar los esfuerzos, tanto en relación con los sistemas integrados de gestión como en las acciones de comunicación y, sobre todo, a favor de la demanda de productos reciclados y del compost.

Finalmente, el Plan propone para su concertación con todas las partes implicadas, medidas de tarificación para residuos domésticos y RICIA, y una propuesta absolutamente única en España como es el establecimiento de una bolsa de permisos de vertido cuyo objetivo es desincentivar el uso de los vertederos. De esta manera a partir de las cantidades, establecidas como objetivo en el Plan, fijadas para el depósito en vertedero cada municipio podrá vender derechos si sus acciones en prevención y en recogida selectiva se lo permiten, o comprarlos si “los deberes” no se han hecho a plena satisfacción.

El último instrumento es la creación de un órgano para el seguimiento y la implementación de las medidas del Plan, como es el Consejo de Castilla-La Mancha para la Prevención y el Reciclado, donde todas las partes interesadas pueden discutir y concertar el alcance y el calendario de las medidas contempladas en el Plan.
Revista de medio ambiente número 18
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