Las formaciones de roca que separan y embalsan las lagunas son conocidas como Barreras Tobáceas o, simplemente, Tobas.
Es por ello que en 1927, una década después, y con el fin de revitalizar la incipiente política conservacionista, se publica una Real Orden mediante la cual se crean las figuras de Sitio Natural y Monumento Nacional de Interés Nacional. La figura de Sitio Natural de Interés Nacional se reserva para espacios que, “aún cuando su extensión sea reducida”, y no reúnan las condiciones para ser declarados Parque o Sitio Nacional, “merezcan, sin embargo, ser objeto de especial distinción por su belleza natural, lo pintoresco del lugar, la exuberancia y particularidades de la vegetación espontánea, las formas especiales y singulares del roquedo, la hermosura de las formaciones hidrológicas o la magnificencia del panorama y del paisaje”
Ambas figuras de protección se constituyen como alternativa a los parques nacionales, intentando adaptarse de una forma más adecuada a la diversidad de paisajes y hábitat de nuestra geografía nacional, y, en este sentido, tuvieron un considerable éxito que se tradujo en la declaración en los años siguientes de 14 Sitios Naturales y 1 Monumento Natural de Interés Nacional.