Para obtener el certificado EMAS, el primer paso es revisar la estrategia ambiental teniendo en cuenta todos los aspectos ambientales de las actividades, productos y servicios. Todo queda plasmado en el primer documento requerido por EMAS, como es la Revisión Ambiental Inicial; este primer documento otorga a la Dirección la realidad ambiental de la organización, identificando para cada área de afección una batería de actuaciones que aseguren el cumplimiento legal, disposición y gestión de residuos, control de emisiones a la atmósfera, control de aguas residuales, consumo de recursos naturales, etc. Algunos de los puntos de gestión con los que se enfrenta nuestro equipo de trabajo, va desde la garantía de gestión de residuos (Foto 1), hasta emisiones a la atmósfera (Foto 2).
La aplicación del Reglamento puede darse en organizaciones del sector industrial, como las referidas en fotos anteriores, como en organizaciones de servicios, como empresas de alojamiento y restauración (Fotos 3 y 4), identificando para caso particular los aspectos ambientales asociados a cada uno de sus procesos productivos y de prestación de servicios.
A continuación, las organizaciones establecen un sistema de gestión diseñado conforme la Norma ISO 140012, para alcanzar los diversos objetivos y metas ambientales y evaluar el desempeño de sus procesos con incidencia ambiental, a través de un sistema de medición a través de indicadores ambientales.
Una vez implantado, una auditoría ambiental externa e independiente garantiza que cumpla las políticas de la organización y la normativa ambiental pertinente.
Por último, se elabora una Declaración Ambiental que, haciéndose pública, compara los resultados ambientales obtenidos con los objetivos iniciales, y que propone cómo se puede seguir mejorando. Este informe se verifica de forma independiente por un organismo acreditado, que validará el documento para su registro ante el órgano competente de la Administración.
Es por ello, que EMAS queda configurado como una herramienta de Excelencia Ambiental en la gestión, fundamentalmente por el cumplimiento de tres criterios:
[_1_] La adhesión a EMAS es de carácter voluntario.
[_2_] Se adquiere un compromiso de mejora continua.
[_3_] Los resultados validados están a disposición del público en general.
Cabe reseñar que una organización cuando opera en el marco de un sistema de gestión ambiental y reconocido por EMAS, no debería ser considerada tanto como “una empresa ecológica”, simplemente es una entidad con unos objetivos ambientales, una planificación y unos recursos para su consecución, todo ello en el más absoluto respecto y evidencia de cumplimiento con la legislación ambiental.
Es con esta filosofía, donde se integra el equipo de trabajo de SUMMA QUALITAS, aplicando sistemas de gestión particularizados a la realidad de cualquier organización que desea su reconocimiento en el marco EMAS.