La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible

Teniendo en cuenta que cada planteamiento o postura siempre genera defensores y detractores, la Agenda 2030 es la respuesta a una revisión y evolución lógica de una sociedad cambiante, conectada y dinámica. Nos encontramos en un mundo empoderado tecnológicamente y llena de límites a corto plazo (pérdida de biodiversidad, incapacidad de dar respuesta a nuevas situaciones, problemas éticos, inestabilidad económica…) olvidando construir el contexto a medio y largo plazo para así diversificar el riesgo a nivel global.

La Agenda 2030 nace fruto de un arduo y duro camino de negociaciones entre todos los países del mundo pare responder a esos problemas globales desde lo local. Un excelente marco para identificar objetivos comunes y compartidos, construidos colaborativamente. Un contrato social donde todos y todas ganan y que además conlleva una nueva forma de hacer política pública, con una revisión de cuentas cotidiana con la ciudadanía, midiendo impactos para minimizar los negativos y multiplicar los positivos. En definitiva, hacer mejor política pública, ya que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (en adelante ODS) tienen un enfoque colaborativo e integral.

Además debemos transitar a este nuevo paradigma con urgencia. No se trata de romper de manera radical con la concepción del pasado, se trata de evolucionar a un nuevo modus operandi, fruto del trabajo del pasado, en contexto al nuevo planeta que queremos, y no el que las evidencias diarias nos muestran.

La Agenda 2030 es sistémica, no lineal, rompiendo el binomio causa-efecto y analizando todas las partes que influyen en el problema común. Las interrelaciones y las decisiones están interconectadas, y es en lo local donde se implementan y se materializan.

Muchos expertos coinciden que los ODS son la última oportunidad que tenemos para ponernos de acuerdo a los problemas comunes. Y sabiendo que no son una varita mágica por sí solos, la Agenda 2030 ha puesto de acuerdo de todos los países, de cualquier ideología, para definir la hoja de ruta de este planeta y sociedad que parece enfermar. Una vacuna global en el que los municipios tienen un papel principal.

Mucha población sostiene que “eso del desarrollo sostenible” es un concepto de moda y efímero. Teniendo en cuenta que nació el siglo pasado la evidencia habla por sí sola.

La Conferencia Río+20, llevada a cabo en 2012 en Brasil, estableció un claro mandato para que los Estados Miembros de la ONU construyeran colectivamente ese conjunto de objetivos y metas, ampliando la experiencia de éxito de los Objetivos del Milenio (ODM).

Es en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible de 2015, con los antecedentes de más de cuatro decenios de diálogo y debate multilateral, sobre cómo responder a los desafíos medioambientales, sociales y económicos a los que se enfrenta la comunidad internacional.

Así, la Agenda 2030 nace el 25 de septiembre del 2015 en la Asamblea General de Naciones Unidas mediante la firma de un contrato social único, mundial y sin precedentes.

Se trata de una ambiciosa agenda universal, un acuerdo ratificado por 193 Estados miembros de Naciones Unidas, entre ellos España, y se configura como un compromiso internacional.

Pretende avanzar hacia sociedades con un crecimiento económico inclusivo, una mayor cohesión y justicia social y con un horizonte medioambiental sostenible. Además, una de las novedades de los ODS y de sus metas es el hecho de que la responsabilidad de su cumplimiento se aplica a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas y, como resultado de extensas negociaciones, recae principalmente sobre los gobiernos nacionales.

La magnitud de la Agenda se plasma en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (en adelante ODS) y 169 metas, consensuados. Son de carácter integrado e indivisible y conjugan las tres dimensiones del desarrollo sostenible.

Los objetivos y metas estimulan la acción en cinco áreas que se consideran de especial importancia para la humanidad y el planeta: las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas. Están profundamente interrelacionados y vinculados por numerosos elementos transversales. Avanzar en la consecución de estos objetivos mejoraría notablemente las condiciones de vida de todas las personas, transformando nuestro mundo en un lugar mejor.

La implementación de la Agenda requiere de una Alianza Mundial revitalizada, que trabaja con espíritu de solidaridad mundial, y, de manera especial, con las personas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. Facilita una intensa participación, aglutinando a los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, el sistema de las Naciones Unidas y otras instancias, movilizando todos los recursos disponibles.

La Agenda reconoce que los gobiernos son los principales responsables de realizar, en el plano nacional, regional y mundial, el seguimiento y examen de los progresos conseguidos en el cumplimiento de los ODS y sus metas. Para fomentar la rendición de cuentas a los ciudadanos, la Agenda plantea un proceso sistemático de seguimiento y examen en los distintos niveles, basado en un conjunto de indicadores y establece la necesidad de ofrecer datos desglosados de calidad, accesibles, oportunos y fiables para ayudar a medir los progresos y, con ello, adoptar decisiones.

El Gobierno de Castilla-La Mancha crea en 2018 la Comisión de Seguimiento, como órgano colegiado interdepartamental de la Administración de la Junta de Comunidades para el seguimiento de la implementación y aplicación de la Agenda 2030 en la región, y se adscribe a Vicepresidencia.

En 2019, la estructura del nuevo Gobierno regional, y fiel a su compromiso específico, crea la Consejería de Desarrollo Sostenible, quien tiene atribuidas las competencias en materia de Agenda 2030. Para su ejecución se crea la Dirección General de Agenda 2030 y Consumo.

Recientemente el Decreto que regulaba la composición y funciones de la Comisión de Seguimiento ha sido modificado, con objeto de adecuarlo a la estructura actual de la Junta, adscribiéndola a la Consejería de Desarrollo Sostenible, actualizar sus funciones y ampliar la participación social, dando cabida a agentes sociales, económicos y ambientales con representatividad regional.

Una de las tareas que tiene encomendadas la Dirección General de Agenda 2030 y Consumo es la elaboración y ejecución de la Estrategia Regional, como hoja de ruta y guion para la ordenación e implementación de actuaciones para un desarrollo regional basado en criterios de sostenibilidad; se trata de una herramienta de coordinación interadministrativa y de participación social, con la que se pretende visibilizar y transmitir la importancia del cumplimiento de los ODS.

La Estrategia se hace eco del gran desconocimiento de la Agenda 2030, es por ello que uno de sus ejes estratégicos destaca la importancia de la formación, información y sensibilización de la ciudadanía.

Además, la promoción de la gestión pública basada en criterios de sostenibilidad, el impulso de un modelo económico, social y ambiental sostenible o la gobernanza y establecimiento de alianzas entre el sector público, privado y la sociedad civil vertebran el esqueleto de la Estrategia.

Actualmente se ha presentado el primer borrador de la Estrategia ante la Comisión de Seguimiento, que tiene la función de estudiar y valorar la Estrategia, con carácter previo a su aprobación por el Consejo de Gobierno.

Otras herramientas y medidas que se están impulsando desde la Dirección General para la implementación de la Agenda 2030 en nuestra región son:

Red de Municipios Sostenibles de Castilla-La Mancha, cuyo impulso pretende facilitar la transición de las Agendas 21 Local, Escolar y Urbana a la Agenda 2030 y revitalizar la Red adaptándola al nuevo marco de sostenibilidad. Localizar los ODS a nivel municipal es clave para su implementación.

El carácter transversal de la Agenda 2030 exige una coordinación interadministrativa; con el fin de que todas las Consejerías avancen en la alineación de sus planes y programas con los ODS, se ha creado el Grupo de Interlocutores, que incluye una persona designada por cada Consejería y que cumple la función de interlocución con la Dirección General.

El desarrollo, planificación y coordinación de programas e instrumentos de actuación en materia de Desarrollo Sostenible, que incluyen las actividades de Educación para el Desarrollo Sostenible y acciones de sensibilización y formación, es otra de las herramientas dispuestas para la implementación de la Agenda 2030.

Indudablemente la Agenda 2030 no sólo es cuestión de creérselo o no, apoyado por indicadores de medición e informes de progreso anuales, los ODS no son una recopilación de voluntades efímeras, sino la hoja de ruta viable, consensuada y lógica para el progreso y el desarrollo social, económico y medioambiental.

Lejano parece cuando se formularon los Objetivos del Milenio, y muchas veces inconscientes de lo que consiguieron. Estos son algunos ejemplos, de su alcance3:

Dichos datos evidencian que el imaginario estereotipado sobre la improbabilidad de alcance es un grave error, y quizás el mayor error de todos es pensar que cada uno de los ODS es abstracto y pura filosofía, cuando en realidad nos ofrecen el marco, el camino y el sentido a nuestras intervenciones.

Por ello, no debemos olvidar que la responsabilidad de su implementación no es sólo tarea de los gobiernos, sino de toda la ciudadanía. Lo local co-crea desde el territorio a través de una nueva realidad integrada, con compromisos, creando estrategias, midiendo y generando confianza: accesibilidad, movilidad, incentivos, licitación pública sostenible, gobierno abierto, replicando buenas prácticas… Sin embargo, la ciudadanía es corresponsable, sujeto activo y protagonista de su efectividad a través de sus hábitos, implicaciones, difusión y toma de decisiones. Influimos con acciones directas, más allá de cualquier tipo de ideología, porque la prosperidad del planeta depende de todos y todas. Hagamos Agenda 2030.

(1) De Vincentiis, G. (2012). La evolución del concepto de desarrollo sostenible. Medio Ambiente & Derecho: Revista electrónica de derecho ambiental, (23).
(2) World Commission on Environment. (1987). El desarrollo sostenible, una guía sobre nuestro futuro común: El informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Oxford; New York: Oxford University Press.
(3) ES_f_UNDP_MDGs-to-SDGs_web.pdf