En un primer espacio, el Museo nos muestra las principales formas de ganadería tradicional, haciendo especial énfasis en cómo las condiciones climáticas, ecológicas y sociales han condicionado el ejercicio de esta actividad. También cuenta con una sala dedicada a los aspectos relacionados con el manejo del ganado, reivindicando la figura del pastor, inseparable de su perro, fiel colaborador en las tareas de conducción del rebaño. También se cuenta con un espacio dedicado al papel que la ganadería ha tenido como modeladora del paisaje del Alto Tajo, su influencia en la evolución de los pastizales y la relación de la ganadería tradicional con las poblaciones de animales silvestres.
La arquitectura, etnografía, el folklore, y, en general, la huella que el pastoreo ha dejado en las costumbres de los habitantes de estas tierras, están también incluidos en los contenidos expositivos del Museo, para el que se ha contado con la aportación de objetos originales donados por ganaderos y pastores de la zona.
Durante la inauguración, la Consejera destacó el papel que este tipo de infraestructuras tienen en la promoción de la actividad económica, industrial y social de la zona, contribuyendo al tiempo a preservar su biodiversidad y a conseguir un desarrollo sostenible real y eficiente de nuestra tierra.