Esta ruta, a lo largo de la ribera del Tajo, con puentes que cruzan sus aguas serenas, nos lleva a una travesía única donde la naturaleza, la ingeniería y la energía se entrelazan de manera cautivadora. Estos puentes, no sólo conectan geográficas, también se convierten en puntos de observación panorámica ofreciendo vistas espectaculares del río y de la sierra de Altomira.
Sin embargo, este entorno fluvial también lleva consigo una peculiaridad más controvertida: la presencia de una antigua central nuclear en las cercanías. Veremos cómo esta construcción ha aprovechado los recursos proporcionados por el propio río, y cómo a su vez, la central ha alterado su ecosistema. El respeto y el entendimiento de estos elementos son esenciales para un futuro en el que podamos aprovechar los recursos sin comprometer la integridad del entorno natural.
No recomendado para menores de 6 años.