En el diseño de la actividad se buscaba conciliar el objetivo de empoderar y movilizar a la población más joven, con el de ofrecerles un nuevo entorno de aprendizaje, que tuviera un componente fundamentalmente experiencial. Además, el hecho trabajar la temática de cambio climático y sus consecuencias, nos daba la oportunidad de introducir la temática de la biodiversidad, como una de las principalmente afectadas por el problema climático, o la de nuestros hábitos de consumo, en buena medida responsables del agravamiento de la degradación de nuestro entorno. Es decir, buscábamos un enfoque transversal de los problemas ambientales, tanto en lo que se refiere a sus causas como a sus consecuencias, y hacerlo desde la perspectiva del ocio educativo, con un trato continuo y cercano, y atendiendo a las particularidades de cada tipo de participante.
Y para llevarlo a cabo contamos con un equipo experimentado de educadores ambientales, y una amplia gama de recursos, que incluyen fauna y flora autóctonas, un centro de interpretación de la flora y el paisaje, y un aula ambiental en la que se pueden desarrollar actividades y talleres de diferentes temáticas ambientales. Así fue como se pusieron en marcha estos campamentos de verano que el año pasado, a pesar del contexto complicado por la incidencia de la pandemia COVID, contaron con 58 participantes.