Revista Medio Ambiente
Revista Medio Ambiente Castilla-La Mancha
La Revista Medio Ambiente Castilla-La Mancha es una publicación gratuita editada por la Consejería de Desarrollo Sostenible.

El Plan de Gestión de la trucha común de Castilla-La Mancha

Caza y Pesca
26 de Octubre de 2023
Resumen
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Coto especial de Aragosa.


La trucha común (Salmo trutta) está declarada en Castilla-La Mancha como especie de interés preferente por su alto valor deportivo y significado ecológico. En 2019 se aprobó el Plan de Gestión de la Trucha Común en Castilla-La Mancha, como instrumento legal para su gestión y aprovechamiento sostenible, basado en el conocimiento científico y técnico. Sus objetivos básicos se encaminan a recuperar y mantener las poblaciones que habitan sus aguas trucheras y sus hábitats, preservar y mejorar, cuando sea necesario, la pureza genética y gestionar su aprovechamiento deportivo de manera sostenible. Para ello el Plan analiza la situación de las poblaciones en la Región; establece la planificación y las directrices para su gestión; contempla medidas y líneas de actuación complementarias, y determina su seguimiento durante el periodo de vigencia mediante indicadores para medir el grado de consecución de sus objetivos y el nivel de ejecución y eficacia de sus medidas.
Introducción
La Ley 1/1992 de pesca fluvial de Castilla-La Mancha clasificó a las especies de la fauna acuática en distintas categorías, siendo una de ellas la de especies de interés preferente por su alto valor deportivo o significado ecológico y sean susceptibles de aprovechamiento, encomendando para ello al organismo competente de la Comunidad Autónoma la elaboración de los planes de gestión dentro de su ámbito territorial para la conservación y aprovechamiento de las especies declaradas de interés preferente.

Los instrumentos normativos como la Orden anual de vedas y los planes técnicos de pesca, dentro del ámbito de esos planes de gestión están subordinados a los planes de gestión, pero estos también deben ajustarse a los planes de ordenación de los recursos naturales y a los planes de recuperación, conservación o manejo de especies amenazadas, y los organismos de cuenca deberían tenerlos en cuenta en la planificación hidrológica de sus respectivas demarcaciones.

El Reglamento de la Ley publicado en 1994 desarrolló el contenido de los planes de gestión de las especies de interés preferente, y en tan solo dos meses la trucha común (Salmo trutta) fue declarada mediante una Orden de la Consejería como especie de interés preferente, acordando el inicio del expediente de aprobación del Plan de Gestión. Pero hubo que esperar casi 25 años para que por fin se publicase la Orden por la que finalmente fue aprobado.
La situación actual de la trucha común en Castilla-La Mancha
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Medición de trucha común en muestreo.
Dentro del área de distribución natural mundial de la trucha común, Castilla-La Mancha se encuentra situada ya al límite sur de la misma, soportando unas condiciones ecológicas de mediterraneidad que circunscriben a la especie en las cabeceras y tramos altos de sus cuencas hidrográficas que aun así suponen en torno a 3.200 km de cursos de agua permanentes (la cuarta parte de la Región), distribuidos principalmente por las cuencas del Tajo, del Júcar, del Segura y del Guadalquivir, pero también de manera muy reducida en las del Ebro y Turia. Es en estas aguas donde, por el momento, encuentra las condiciones adecuadas de calidad, temperatura y oxigenación.

El carácter periférico de las poblaciones castellano-manchegas de trucha común conlleva densidades más bajas y variables que las poblaciones situadas en las zonas centrales de la distribución natural. El pequeño tamaño y el aislamiento prolongado de esas poblaciones han producido una baja diversidad genética dentro de las mismas, así como una alta diferenciación genética entre ellas. Todo ello supone que se han producido adaptaciones locales entre las distintas poblaciones a sus hábitats, por lo que la preservación de la pureza genética es de vital importancia para la conservación.

Sin embargo diversos factores adversos hacen que sus poblaciones sufran presiones, que suponen un riesgo en la conservación de esta especie y por tanto en su apreciado aprovechamiento deportivo.

La alteración de las condiciones hidromorfológicas y la continuidad de los cauces por la construcción de presas, azudes y otros obstáculos suponen uno de los principales impactos, ya que inciden enormemente en la calidad del hábitat y la fauna acuática de la que se alimenta, además de fraccionar las poblaciones. Posiblemente sea la principal causa en el mal estado de muchas poblaciones.

La destrucción de la vegetación de ribera, la contaminación de las aguas por la ineficiente o incluso inexistente depuración de las aguas residuales de las poblaciones (sobre todo en verano), y actividades industriales, mineras, agrícolas y ganaderas impactan sobre todo en los tramos más bajos de las aguas trucheras.

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Escuela Regional de Pesca de Uña.
Al ser una especie muy apreciada para la pesca, la presión por la gestión de la misma también ha pesado mucho en sus poblaciones, no solamente por la sobrepesca, sino por la introducción y mezcla de distintos linajes, como la trucha centroeuropea o la translocación entre poblaciones.

También la introducción de especies exóticas invasoras pueden competir o desplazar a las poblaciones de trucha común, como la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiis) o el cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus), esta última una especie que en los últimos años se ha extendido exponencialmente por la Región de manera absolutamente deliberada, lo que produce no solamente la extinción de nuestro cangrejo de río autóctono, sino un grave riesgo para la viabilidad de los frezaderos de trucha común y de otras especies autóctonas al ser un voraz depredador de sus puestas.

El cambio climático se suma a todas las alteraciones subyacentes, ya que la disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas y la evaporación y evapotranspiración, suponen una reducción de la escorrentía lo que afecta a los regímenes de caudales. A modo de ejemplo, en la cabecera de la cuenca del Tajo, respecto a los registros anteriores a 1980, las aportaciones se han visto disminuidas en torno a un 40%. Esto supone una esperada regresión de los hábitats potencialmente favorables para la especie.
Objetivos del Plan
Todos los objetivos del Plan no persiguen otra cosa que la conservación de las distintas poblaciones naturales de trucha común para su aprovechamiento sostenible mediante la pesca y la preservación de la buena calidad de sus ecosistemas acuáticos.

Se concretan 18 objetivos distintos que pueden agruparse en cinco grandes objetivos.

  • Recuperar y mantener la abundancia y la adecuada estructura de las poblaciones.

  • Preservar y recuperar, cuando sea necesario, el acervo genético entre las distintas poblaciones.

  • La gestión para el aprovechamiento sostenible de la especie fundamentado en el conocimiento científico y el seguimiento de las poblaciones.

  • La restauración, recuperación y conservación de sus hábitats.

  • Poner en valor a la especie a través de la información, la participación y la difusión entre los pescadores, la población rural de su ámbito, y en general la sensibilización de la sociedad.

En Castilla-La Mancha, la presencia de la trucha común se circunscribe a las cabeceras y tramos altos de las cuencas hidrográficas
Poblaciones castellano-manchegas
De acuerdo con el Plan de Gestión, una población de trucha común es el conjunto de individuos de esta especie que coexisten en las mismas masas de agua y que se reproducen entre sí, y que está separada de otras poblaciones por algún tipo de barrera impermeable (es decir, que no puede ser franqueada en ambos sentidos).

El Plan ha identificado 47 poblaciones de trucha común distribuidas entre las distintas cuencas como se indica en la tabla 1. Estas poblaciones se clasifican por su abundancia en distintos periodos y tendencias donde ha sido posible determinarlas.
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Tabla 1.
Distribución hidrográfica de poblaciones de trucha común en Castilla-La Mancha.

En todas las cuencas se observa una variabilidad de abundancias entre las distintas poblaciones (de acuerdo con la categorización de la tabla 2), si bien en la abundancia actual, en la del Tajo y Júcar oscila de alta a muy baja, en la del Segura de alta a baja, en la del Ebro es alta, baja en la del Guadalquivir, no habiendo datos para esta estimación en la del Turia y habiendo desaparecido las abundancias muy altas de los periodos anteriores de todas las cuencas.

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Tabla 2.
Límites de las categorías de abundancia empleadas.

El Plan determina el grado de introgresión genética detectada en la población, así como su evolución desde que se dispone de análisis genéticos (1993-2014), viéndose que las poblaciones puras, sin introgresión genética nuclear detectada, se reducen a ocho de la cuenca del Tajo, dos en la del Júcar, la única del Turia y una de la cuenca del Segura. Las 35 poblaciones restantes presentan grados de introgresión genética nuclear de leves a severas, evaluada mediante el análisis del alelo LDH-C1*90, en las categorías, Leve (frecuencia 30%).

Por otro lado se recoge el estado del hábitat de las poblaciones de trucha común, evaluado mediante el estado ecológico en 2009 y 2015, las principales presiones e impactos y el régimen hidrológico, a partir de la información de los planes hidrológicos de cuenca.

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Coto especial de Aragosa.
Toda la información recabada permite la caracterización de las poblaciones, mostrando para cada una de ellas su estado de conservación, los principales problemas que la afectan y las carencias de información.

De esta manera se detectan 12 poblaciones que tienen un estado de conservación Bueno, debido a que presentan unas abundancias medias o altas, introgresión genética nula o leve y un hábitat en buenas condiciones, sin alteraciones graves.

Hay 13 poblaciones que tienen un estado de conservación Regular debido a la introgresión genética que presentan, y cuyo estado sería Bueno si atendiéramos únicamente al resto de factores: abundancia, viabilidad poblacional, hábitat, etc.

En 4 poblaciones el estado de conservación es Malo al tratarse de poblaciones con abundancias escasas, con problemas de hábitat y con una importante regulación hidrológica y en un caso también con introgresión severa (en las otras tres no hay estudios genéticos).

En 4 poblaciones no se ha podido evaluar el estado de conservación, ya que no se dispone de ningún muestreo de peces en ellas. Entre estas poblaciones, hay 2 con buenas condiciones de hábitat por lo que es probable que exista en ellas una población en buen estado de conservación. Las otras 2 poblaciones disponen de muy poca longitud fluvial, se encuentran constreñidas entre dos embalses cercanos, y en ellas el hábitat está fuertemente alterado, principalmente debido a la regulación hidrológica de la presa de aguas arriba.

Finalmente, en las restantes 14 poblaciones se ha evaluado el estado de conservación como Regular, debido a problemas diversos, tales como la abundancia baja, la introgresión genética o las alteraciones del hábitat.

No obstante, el Plan estima cuales debieron ser las poblaciones naturales originarias en Castilla-La Mancha sin tener en cuenta las actuales alteraciones inducidas por el hombre, pues las actuales 47 mucho tienen que ver con la fragmentación del hábitat, y por tanto con la reducción del hábitat disponible para cada una de ellas. Se han considerado como condiciones originarias la situación de la especie a mediados del siglo XIX, por dos motivos principales: la inexistencia en esa época de la práctica totalidad de presas y el conocimiento bibliográfico (Madoz 1845-1850) al menos de los lugares donde había presencia, teniendo en cuenta además los recientes estudios sobre la diversidad y estructura genética de las poblaciones de Castilla-La Mancha (Almodóvar et al. 2015).

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Tabla 3.
Poblaciones originarias de trucha común en Castilla-La Mancha.
Se indican las metapoblaciones que conformarían y las poblaciones actuales que engloban.

De esto se concluye que las poblaciones originarias se reducen a 12 que agrupan a las actuales 47. Algunas, como la del Tajo reúnen 15 actuales, si bien otras originarias no están tan fragmentadas. En la tabla nº 3 se puede ver la distribución de dichas poblaciones.

La diversidad natural de poblaciones de trucha es alta con tres líneas claramente diferenciadas, denominadas Atlántica-Tajo, Adriática-Suribérica y Mediterránea-Ibérica. Estas líneas deben considerarse como Unidades de Conservación separadas y además contienen una elevada diferenciación entre sus poblaciones que permite establecer diversas Unidades de Gestión.

En la Figura 1 se muestra la evolución de la abundancia media de las poblaciones de trucha común en el conjunto de Castilla-La Mancha, desde 1989 hasta 2016. Para cada año se muestra la densidad media y la biomasa media según los datos disponibles cada año. Este resultado está sujeto a la heterogeneidad de los datos históricos disponibles, ya que la densidad y biomasa observadas en cada año es el promedio de las estaciones muestreadas ese año, que no son las mismas en todas las ocasiones.

En términos generales, la tendencia media de toda la región ha sido descendente durante las últimas tres décadas, teniendo en cuenta el periodo de 1999-2003 sin datos, debido a la escasez de muestreos suficientes. Las abundancias antes de ese periodo eran considerablemente mayores que después del mismo. Asimismo, en el periodo anterior a 1999 la tendencia descendente es más acusada, especialmente en cuanto a la densidad, que después de 2003.
La evolución de las poblaciones naturales de trucha común en nuestra región muestra una tendencia descendente en las últimas décadas
La planificación y las directrices de gestión
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Tramo de pesca sin muerte Hoz Seca, (Guadalajara).

El Plan de Gestión clasifica el hábitat potencial en cuatro tipos de tramos funcionales:

  • Tramos de máxima protección: Son aquellos tramos que contienen poblaciones de trucha común de significado valor ecológico, científico o para la gestión, cuya viabilidad es incompatible con una extracción significativa de ejemplares por pesca.

  • Tramos de conservación: Son aquellos tramos en los que existen poblaciones de trucha común en las que es viable la explotación por pesca sin afectar a su conservación. En todo caso, la explotación por pesca estará condicionada a la conservación y mejora de la población y del tramo.

  • Tramos en restauración: Son aquellos tramos en los que las poblaciones se encuentran afectadas de forma reversible por alguna circunstancia que no afecta la viabilidad reproductiva, siendo factible su recuperación, o bien aquellos tramos que forman parte del hábitat potencial pero no se encuentran poblados de forma natural. En estos tramos, la gestión de la pesca estará encaminada a la restauración de la población o al establecimiento de la especie. En el caso de introducirse la especie, se evaluará previamente el impacto que pudiera tener sobre otras especies y hábitats nativos.

  • Tramos degradados: En el Reglamento de pesca fluvial de Castilla-La Mancha son llamados tramos de creación de oferta artificial de pesca. Son aquellos tramos en los que las poblaciones se encuentran afectadas de forma irreversible por alteraciones significativas del medio que afectan a su viabilidad reproductiva. En ellos la gestión de la pesca puede enfocarse en favorecer la creación de oportunidades artificiales de pesca, mediante repoblaciones y sueltas.


Todas las aguas trucheras de la Región se han clasificado en estos cuatro tipos de tramos funcionales, de acuerdo con una serie de criterios concretos, de manera que en términos generales en cabecera se sitúan los tramos de máxima protección y por debajo de ellos los tramos de conservación, ubicándose los tramos de restauración y los degradados a cualquier altura.

El Plan, a su escala, no puede establecer modelos de gestión de detalle para cada cuenca o subcuenca, para lo que es preciso hacer estudios hidrobiológicos que reúnan y analicen información minuciosa que permita aplicar modelos de gestión a cada tramo.

Sin embargo el Plan sí establece criterios para dichos modelos de gestión:

  • Primando el mantenimiento y la mejora de las poblaciones naturales existentes y de su hábitat, sobre las técnicas de refuerzos poblacionales, repoblaciones o reintroducciones, aunque sin renunciar a ellos.

  • Limitando los regímenes especiales de pesca en los diferentes tramos funcionales, estableciendo la modalidad de pesca sin muerte (salvo reducidas excepciones recogidas en la Orden anual de vedas vinculadas a la actual actividad de la piscifactoría regional Rincón de Uña) y restringiendo los tipos de cebos, con anzuelo simple desprovisto de arponcillo, en función del tipo de tramo funcional.

  • Se asigna la figura de Refugio de Pesca a determinados tramos clasificados de máxima protección en los que la introgresión genética actual es nula o muy leve, salvo en aquellos tramos en que la abundancia y estructura de la población permite una cierta presión de pesca, que se permitirá en todo caso de acuerdo a los condicionantes de máxima protección.


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Medición de trucha común en muestreo.

Respecto a las directrices para la regulación de la pesca deportiva:

  • Con carácter general la pesca de la trucha común en Castilla-La Mancha se realizará en la modalidad de captura y suelta, dejando a la futura revisión del Plan de Gestión la evaluación de la posibilidad de desarrollar pesca con extracción en algunos tramos.

  • Se establece la época de veda durante el periodo de reproducción de la especie, en sentido amplio: desde las migraciones pre-reproductivas hasta la emergencia de los alevines de la grava; fijando periodos hábiles de pesca en función de la clasificación en aguas de alta o baja montaña, con determinadas restricciones que pueden afectar a tramos con condiciones desfavorables para la especie.

  • Los anzuelos deben ser sin arponcillo o muerte en todas las aguas trucheras, limitándose los cebos a mosca artificial, cucharilla (excepto tramos de máxima protección) y señuelos artificiales provistos de anzuelos simples (excepto tramos de conservación y de máxima protección). Con carácter general, podrá ser autorizado el uso de cebo natural de origen vegetal para la pesca de ciprínidos en la red de aguas trucheras, pero fuera de los tramos de máxima protección.

  • La Red de seguimiento de las poblaciones de trucha común para el inventario periódico de las mismas, es fundamental para la aplicación del Plan, estableciendo una amplia distribución de estaciones permanentes clasificadas como prioritarias o complementarias. En la actualidad hay 112 estaciones de muestreo, de las que 80 son prioritarias y las 32 restantes complementarias.

  • En cuanto a las bases para la reintroducción de trucha común en el medio natural, el objetivo es recuperar poblaciones concretas que hayan sufrido extinciones locales o para colonizar tramos de hábitat potencial que no estén ocupados por la trucha, o en poblaciones de muy baja densidad, siempre que se hayan corregido las alteraciones que la han deprimido y se pueda recuperar sin reiterar los refuerzos. En todos los casos las reintroducciones deben llevarse a cabo con ejemplares de la misma línea genética, sin introgresión genética o muy leve si no queda pura.

  • Toda la producción de trucha común se llevará a cabo en la piscifactoría regional “Rincón de Uña”, donde además se complementará con actuaciones de educación ambiental necesarias para la divulgación y concienciación a la sociedad.


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Figura 1
Evolución de la abundancia media de trucha común en Castilla-La Mancha en el periodo 1989-2016.
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Figura 2
Tramos funcionales en Castilla-La Mancha.
Principales medidas y líneas de actuación complementarias
Conservación y restauración del hábitat fluvial

Dada la regulación artificial existente en la mayor parte de las aguas trucheras, la implantación de regímenes de caudales ecológicos a través de los planes hidrológicos de cada cuenca es básica para acometer una auténtica restauración, dada la importancia del régimen hidrológico en el adecuado funcionamiento del ecosistema fluvial y por tanto en el buen estado de los hábitats de la trucha común. A partir de aquí se plantean otras medidas como la restauración del espacio fluvial, la continuidad mediante un protocolo de actuación frente a obstáculos y la recuperación de la vegetación de ribera. Debe tenerse en cuenta la adaptación al cambio climático, incidiendo sobre las demandas para que sean sostenibles con el mejor estado posible de calidad del hábitat.

Promoción de la pesca como actividad turística

Se pretender fomentar la pesca deportiva de la trucha común, como enriquecimiento para la economía de las zonas rurales, poniendo en valor su carácter nativo y salvaje, así como la riqueza y alto valor paisajístico de las zonas trucheras.

Educación Ambiental

Plantea acciones para la sensibilización de la sociedad de la situación y gestión de la trucha común, mediante actividades y material divulgativo, aprovechando la red de infraestructuras regional y relacionando unos contenidos específicos que se adaptarán al tipo de público receptor de la información.

Infraestructuras complementarias

Describe las principales infraestructuras complementarias útiles para los objetivos del Plan de Gestión, esto es la Escuela Regional de Pesca Fluvial situada en la localidad de Uña (Cuenca) y la red de otros 16 centros de interpretación o de recepción de visitantes distribuidos en el ámbito de las aguas trucheras de la Región.

Coordinación entre administraciones públicas

La coordinación con los organismos de cuenca es esencial para la aplicación del Plan de Gestión, pues muchas acciones fundamentales están ligadas a competencias de las Confederaciones Hidrográficas y en especial con los Planes Hidrológicos. También son necesarias relaciones de colaboración y coordinación con las Comunidades Autónomas limítrofes, tanto en normativa de gestión como en el desarrollo del conocimiento científico y técnico.
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Escuela Regional de Pesca de Uña.

Normas, recomendaciones y orientaciones sectoriales

Las actividades no asociadas a la pesca en el ámbito del Plan se clasifican según su nivel de impacto sobre las poblaciones de trucha común en las categorías de actividades incompatibles y actividades a regular para las que establece limitaciones: acuicultura, cotos intensivos, selvicultura, vertidos de explotaciones agropecuarias, centrales hidroeléctricas, extracción de agua para riego, minería a cielo abierto, alteraciones morfológicas del cauce, dragados y refrigeración industrial.

Además se especifican limitaciones en actuaciones selvícolas e hidrológicas y desinfección de equipos y embarcaciones.

Protocolo de actuación en caso de fuerte estiaje

Para los tramos que pueden verse afectados por fuertes estiajes se prevé un protocolo de actuación para la translocación de cantidades de truchas que puedan quedar atrapadas en pozas con riesgo alto de mortandad, así como el inventario de los tramos más susceptibles para su revisión periódica en periodo estival.

Protocolo de actuación en caso de mortandades

Se establece un protocolo para el caso de detectar mortandades de trucha por causas no naturales o desconocidas. Contempla la recogida de muestras y transporte a centro autorizado, toma de datos, medios necesarios e informe.

Mejora del conocimiento e investigación

Recoge las líneas principales de investigación para mejorar el conocimiento del estado de las poblaciones de trucha común, sus problemáticas y su gestión:

  • Mejora de las metodologías de muestreo de poblaciones.

  • Estudios hidrobiológicos de las cuencas que aún no lo tienen.

  • Estudios específicos, a nivel regional, que permitan identificar los factores ambientales concretos que regulan la densidad y la biomasa en las poblaciones.

  • Análisis genéticos en las poblaciones de cabecera que todavía carecen de ellos.

  • Investigación específica para conocer con mayor precisión la época de freza de las poblaciones de trucha común de la región.
  • Estudios para estimar el grado de furtivismo y encuestas a los pescadores para obtener información acerca de aspectos relevantes de la demanda o presión de pesca.

  • Completar el inventario de obstáculos transversales en cauces.

  • Estudios de diseño de régimen ecológico adecuado, de acuerdo a las metodologías establecidas en la IPH, para los tramos que no los tengan implantados.

  • Localización evaluación y control de poblaciones naturalizadas de trucha arcoíris.


Transparencia e información al público

Se contempla la publicación de información no sensible en la web oficial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha: un resumen de la información generada en Castilla-La Mancha acerca de la gestión de la pesca de la trucha común; los estudios científicos y técnicos coordinados por el órgano gestor de pesca; así como la información y material disponible sobre la educación ambiental y oferta de pesca turística ligada a la trucha común.

Con la aprobación del Plan se busca la conservación de las distintas poblaciones naturales de trucha común y de la calidad de sus ecosistemas acuáticos
Seguimiento del Plan, indicadores y presupuesto
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Muestreo con pesca eléctrica en el río Guadiela, (Cuenca).
Todo plan conlleva la evaluación del alcance del cumplimiento de los objetivos planteados y respecto a las medidas programadas su nivel de ejecución y eficacia.

Para cada uno de los 18 objetivos concretados del Plan propone unos indicadores que permitan medir su grado de consecución.

Para cada una de las medidas propuestas para la consecución de los objetivos del Plan de Gestión se establecen sus indicadores y el coste aproximado.

El Plan de Gestión debe revisarse a los 10 años plasmando una síntesis de las inversiones a realizar durante ese periodo de vigencia, así como su periodicidad y su distribución en el tiempo. En total el Plan prevé una inversión total de 1.244.500 €.

Las inversiones se distribuyen fundamentalmente en:

  • El muestreo anual de la red de seguimiento y su mejora.

  • La realización de los estudios hidrobiológicos necesarios.

  • Estudios genéticos de las poblaciones que no lo tienen y revisiones de todas las poblaciones.

  • Estudios de freza, factores ambientales sobre las poblaciones, continuidad fluvial, impacto de especies exóticas.

  • Formación y educación ambiental.

  • Actuaciones de mejora del hábitat en riberas y frezaderos.

  • Control de especies exóticas invasoras.

  • Adecuación de accesos y actuaciones para facilitar el ejercicio de la pesca.


También se prevé adelantar su revisión, si durante la vigencia del Plan tiene lugar alteraciones significativas de las condiciones naturales que incidan directamente sobre el planeamiento previsto.
Referencias
Artículo publicado en el nº 76 de la revista FORESTA.

  1. Junta de Castilla-La Mancha. 2019. Orden 9/2019, de 25 de enero, de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, por la que se aprueba el Plan de Gestión de la Trucha Común en Castilla-La Mancha.

  2. Almodóvar, A., Elvira, B., Nicola, G.G. & Leal, S. (2015). Determinación de la introgresión exótica y de la estructura genética de las poblaciones de trucha común en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.

  3. Madoz, P. (1845-1950). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid.

Revista de medio ambiente número 31
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