Boletín de Áreas Protegidas de Castilla-la Mancha (3)

Los últimos días de 2021 la Consejería instaló un contador autónomo de visitantes con tecnología GSM en uno de los miradores del espacio protegido.

En su primer año completo de funcionamiento ha registrado una cifra de algo más de 52.000 visitantes, lo que confirma el dato de ser el espacio natural más visitado de la provincia de Toledo y uno de los más importantes a nivel regional.

Los picos máximos de visitantes corresponden a la Semana Santa y el puente del 1 de mayo, decreciendo sustancialmente en los meses de más calor y en invierno.

Se da la circunstancia de que, desde primeros de este año, el Ayuntamiento de Burujón ha comenzado a regular el acceso de vehículos los fines de semana y festivos, lo que está resultando en una moderación del número de visitantes.
 

La Consejería de Desarrollo Sostenible ha editado recientemente el libro “Inventario y estudio de los tollos en espacios Red Natura 2000 de la comarca de La Manchuela (Albacete)” en el que se presenta la investigación realizada sobre un elemento propio de los paisajes kársticos y que, en ocasiones, va asociado a fuentes naturales, por lo que se encuentra amenzado.

Este elemento geomorfológico que es característico de la comarca de La Manchuela es el tollo y se localiza en espacios de la Red Natura 2000 creando unos ecosistemas frágiles que necesitan protección.

Constituyen un elemento de identidad, natural y cultural de los valles de esta comarca. El difícil acceso a la mayoría de ellos ha contribuido a su conservación, pero
también a su desconocimiento incluso por la población local, toda vez que las profesiones ligadas a la actividad en el monte han caído en desuso o evidente retroceso.

Este libro tiene como objeto dar a conocer para saber proteger: solo se cuida lo que se sabe que existe y se valora.

Puede descargar el libro en formato pdf en el enlace que aparece más abajo

Dentro de unos terrenos pertenecientes al Ayuntamiento de Seseña, en una antigua gravera restaurada localizada en un meandro del río Jarama, la Consejería está realizando unos trabajos demostrativos de recuperación de la vegetación de ribera en una superficie de unas 10 ha.

Las formaciones de ribera están protegidas tanto por la normativa regional (Ley 9/1999, de conservación de la naturaleza) como por la Directiva comunitaria sobre hábitats, base de la red ecológica europea Natura 2000 de la que este espacio forma parte y han sufrido históricamente una gran disminución de su hábitat potencial, al localizarse sobre vegas con suelos muy fértiles desde el punto de vista agrícola, pero también explotados como graveras.

La repoblación busca recuperar la estructura completa de un soto fluvial, desde el mismo borde del agua donde se han plantado estaquillas de diversas especies de sauces y tarays, pasando por diferentes bosquetes de alameda, formación con una gran diversidad de especies tanto arbóreas (álamo blanco, chopo, fresno, sauce blanco…) como arbustivas (rosales silvestres, majuelos o zarzas) y finalizando con una olmeda en la que se han utilizado clones de olmo autóctono resistente a la grafiosis, facilitados desde el Ministerio de Transición Ecológica.

Las labores se han realizado con un ahoyado puntual sin patrones geométricos, procurando su máxima adaptación paisajística y plantación manual con protectores individuales para cada planta. La estructura se basa en una serie de bosquetes compactos separados por terrenos donde no se ha actuado, a semejanza de la que tendría un bosque de ribera en estado natural.

Dada la profundidad a la que se sitúan las aguas freáticas, se han previsto una serie de riegos de apoyo para facilitar el asentamiento de las plantas, con más razón a la vista de la situación de sequía actual.

Los socios de esta Asociación cultural han reconstruido una de las viviendas como museo etnográfico y lo abren a los visitantes del Parque Natural que se acerquen a este enclave, con el fin de que puedan conocer las condiciones de vida de los antiguos habitantes de La Vereda.
En la planta superior del nuevo museo etnográfico está la biblioteca y un taller de telares para los socios, y en la planta baja se ha recreado lo que era una casa de antaño, con su gallinero incluido y múltiples utensilios y aperos que han sido aportados por los socios y antiguos vecinos de La Vereda.

En 1983 esta aldea pasó a ser propiedad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, salvo cuatro edificios que pertenecen al Ayuntamiento de Campillo de Ranas. La Asociación Cultural La Vereda es titular de una concesión, comprometiéndose a la reconstrucción de los edificios que habitan sus socios, manteniendo su tipología original y el carácter de la arquitectura negra tradicional.

El año pasado el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara acondicionó un sendero homologado (PR-GU 18) de 16 km de longitud, que permite llegar a La Vereda desde el embalse de El Vado, recorriendo viejos caminos de herradura que discurren por agrestes parajes como los cuchillares del río Vallosera.
 

La ruta se adentra en las cuencas altas de los ríos Sorbe, Bornova y Pelagallinas, por sendas que pasan por las Juntas de los Ríos y sus barrancos, con espectaculares escarpes de pizarras y cuarcitas. Las formaciones rocosas y la vegetación en los parajes por los que discurre el sendero van conformando diversos paisajes con alisedas, praderas, jarales, robledales y pinares naturales de pino silvestre. A la riqueza natural se suma el valioso patrimonio etnográfico y cultural, con elementos de la arquitectura negra ligados a la importante actividad ganadera en la zona, como cerradas, tainas y cercas hincaderas, así como molinos y valiosos edificios como la ermita románica de Santa Coloma en Albendiego o los restos del castillo árabe de Diempures en Cantalojas, sin olvidar la belleza de los seis pueblos por los que transita.

Además, dos variantes del GR 167 en sus tramos de inicio y final, permiten contar con dos recorridos circulares de baja dificultad en las localidades de Prádena de Atienza y Cantalojas.

El nuevo sendero de gran recorrido GR 167 “Entre el Sorbe y el Bornova”, homologado con la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha (FDMCM) y promovido por la asociación de senderismo “Azuandarines”, ha sido acondicionado por voluntarios de esta asociación en colaboración con el Parque Natural, que ha financiado las actuaciones.

El Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara apuesta por convertir este territorio en un referente para el senderismo y el deporte de montaña, buscando así atraer visitantes que deseen un contacto íntimo y respetuoso con la naturaleza.