La ubicación del centro en el Cerro Molina, sobre una extensa superficie de casi 6 hectáreas de terreno, ha permitido diseñar una zona exterior de jardín-parque que funciona como prolongación del edificio. Habitado por gran número de especies adaptadas al clima conquense, en representación de todos los ecosistemas de Castilla-La Mancha, en él tienen cabida los pinos piñonero, rodeno, negral, carrasco y albar, las sabinas albar y rastrera, el roble melojo, los quejigos, las encinas, los álamos, los frutales, y así hasta un total de unas 400 especies distintas de plantas. Junto a los estanques localizados delante de la fachada principal del edificio, se intentan reproducir los principales tipos de humedales que encontramos en nuestra región, desde los fríos humedales oromediterráneos localizados en nuestras zonas de montaña, hasta los termomediterráneos, de clima más cálido y seco, pasando por los supramediterráneos y mesomediterráneos.