¡No te dejes envolver!

Consume siempre que sea posible agua del grifo, así reducirás la cantidad de plástico que se genera con el agua envasada.

Además, lleva contigo una botella de agua rellenable, que podrás reutilizar muchas veces, usando por ejemplo las fuentes de la oficina, evitando así generar residuos.

Por último recuerda que, la normativa obliga a los establecimientos de hostelería y restauración a ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento.

Sobre todo en festividades y vacaciones. Calcula qué artículos necesitas realmente para evitar comprar comida, ropa, adornos y regalos en exceso. 

Es esencial planificar las compras y aplicar el sentido común. Piensa en lo que necesitas, qué características tiene que cumplir, dónde lo puedes conseguir, cómo puedes prevenir que se convierta en un residuo y si finalmente has de desecharlo, cómo y dónde lo has de hacer. De esta forma estarás contribuyendo a la sostenibilidad del entorno y a la economía circular de los productos y sus residuos.

Por ejemplo, la próxima vez que tengas que comprar un regalo de cumpleaños, ¿por qué no haces un regalo "desmaterializado", como entradas para un espectáculo o concierto en la zona, o un abono, un masaje, clases de cocina...¡placer sin derroche!

Si tu mascota necesita un comedero o bebedero, seguramente tendrás la opción de destinar uno de esos envases que tenías pensado desechar, a comedero y bebedero. Además podrás decorarlo como gustes. Piensa si el cojín de tu mascota deja de ser útil, las cajas de cartón son muy útiles en estos casos, es muy buen aislante y crea un ambiente acogedor.

Los envases representan el 40% del plástico y el 50% del papel consumidos en la UE. En 2020, los 27 miembros de la UE produjeron un total de 79,3 millones de toneladas de residuos de envases, 177 kg por persona.

Muchos productos vienen sobreenvasados, con monodosis, diferentes envases uno dentro de otro, etc. Adquiere productos con el menor embalaje posible, para sí, evitar la generación del residuo.

Si realizas compras de proximidad, en el comercio local, evitarás el uso de embalajes que cada vez son más empleadas en el envío de productos adquiridos online. Piensa que esos embalajes, una vez sacas el producto que has adquirido, se convierten en un residuo.

Si finalmente has adquirido un producto y tienes que desechar el embalaje, que se ha convertido en residuo, piensa si puede seguir formando parte de tu vida dándole otro uso.

Elige comprar productos a granel y piensa en los envases al comprar cualquier productos.

Los envases representan el 23% del peso de nuestros residuos domésticos, y una parte importante del volumen de su contenedor. A menudo resulta más barato y ayuda a minimizar los residuos de envases comprar productos a granel o adquirir productos en envases de gran capacidad. Además esta opción es cada vez más accesible.

Al comprar alimentos a granel podemos llevarnos a casa la cantidad exacta que alimentos se nos pongan en mal estado si no vamos a consumirlos suficientemente rápido.
Por otro lado, la compra de alimentos a granel reduce los envases y, por tanto, los residuos que generamos al comprar y consumir los alimentos. 

Cada vez es más habitual encontrar tiendas de barrio que ofrecen la posibilidad de comprar a granel. De esta forma, además puedes llevar tus propios envases, siempre que cumplan con unas garantías de higiene y seguridad alimentaria óptimas. Este aspecto está regulado en la Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados y en el Real Decreto 1055/2022, de envases y residuos de envases. En estas normas, se establece el derecho del consumidor a comprar productos a granel y que sean despachados en un envase que el propio consumidor lleve consigo.

Puedes comprar bebidas en botellas o latas individuales o elegir comprar bebidas en envases con una mayor capacidad y usarlos varias veces antes de que se convierta el envase en un residuo.

Compra en cantidades adaptadas a tus necesidades y evita el desperdicio alimentario.

Comprar una cantidad de alimentos bien adaptada a tus necesidades te permite evitar el desperdicio alimentario.

El desperdicio alimentario es un problema de sostenibilidad. La producción, manipulado, transformación, transporte, venta y consumo de alimentos genera unos costes ambientales que no podemos admitir desde un prisma de sostenibilidad ambiental, de aceptación de la economía circular como modelo productivo y de compromiso contra el cambio climático.

Más del 30% del peso de nuestros contenedores está compuesto por residuos biodegradables (restos de cocina, de jardín, cenizas, etc.). Separar tus residuos orgánicos y depositarlos en el contenedor marrón de calle permitirá convertirlos en compost o biogás. Pero, si tienes huerto o jardín, puedes pensar en instalar fácilmente un compostador y fabricar tu propio abono.

Imprime sólo las páginas que realmente necesites y utiliza la opción “doble cara” de tu impresora.

No es necesario imprimir cada documento para leerlo. Puedes leer de manera confortable a través de la pantalla de tu ordenador. Existen filtros de pantalla que protegerán tu vista si usas la pantalla del ordenador de una manera continuada.
Aquellos documentos que finalmente has impreso y que finalmente han de ser desechados, piensa en darles un nuevo uso. Escribe por el reverso, úsalo como borrador de ideas, etc. Cuando te deshagas de ellos, depositalos en el contenedor azul, para proceder a su reciclaje.
Recuerda devolver los cartuchos vacíos a la empresa proveedora para que los rellene. Los cartuchos de impresoras y tóner contienen sustancias altamente contaminantes como es el cobre, caucho, aluminio, y acero que al hacer contacto con las sales de desecho dan lugar a ácidos nocivos para la salud y el medio ambiente.

Las bolsas desechables se utilizan una media de 20 minutos antes de tirarse.

No sólo se convierten rápidamente en residuos, sino que si no se eliminan con cuidado pueden contaminar el campo y el mar. Puedes llevar a mano una bolsa de tela plegable. Son fáciles de guardar, si se doblan ocupan muy poco espacio, por lo que podemos llevarlas encima cómodamente por si surge algún imprevisto.

Si vas a hacer una compra grande, puedes optar por llevarte un carrito de la compra (mejor para tu espalda que las bolsas), o bolsas grandes de rafia o mochilas, etc.
Para pequeñas compras, como medicamentos, bolis o un libro, es común coger la bolsa que nos dan, y meterla en el bolso o mochila ¿Realmente necesitas esa bolsa?

Si has tenido que adquirir una bolsa desechable, piensa antes de convertirla en residuo si puedes darle un segundo, tercer o cuarto uso antes de desecharla.

Reutiliza y repara todo lo que puedas.

Al año se tiran entre 13 y 25 kg de aparatos eléctricos y electrónicos por persona, como frigoríficos, teléfonos, ordenadores, etc. con su correspondientes cajas de embalaje que se convierten en residuos. Con su reparación, además contribuimos a reducir el consumo de cartón de embalajes por la compra del nuevo aparato que se convertiría en un nuevo residuo.

Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) son aquellos elementos que utilizamos diariamente, como cepillos de dientes eléctricos, secadores de pelo, tablets, lavadoras, teléfonos, frigoríficos o planchas, y que cuando dejan de funcionar se vuelven inservibles y pasan a ser considerados como RAEE. Pueden contener sustancias peligrosas, como el cadmio, mercurio, plomo, arsénico, fósforo, aceites peligrosos y gases que agotan la capa de ozono o que afectan al calentamiento global como los clorofluorocarbonos (CFC), hidroclorofluorocarbonos (HCFC), hidrofluorocarbonos (HFC), hidrocarburos (HC) o amoniaco (NH3), que si bien son necesarias para garantizar su funcionalidad, pueden emitirse al medio ambiente o ser perjudiciales para la salud humana si, una vez que se convierten en residuos, los aparatos no se gestionen y se tratan adecuadamente.

Si finalmente, tienes que desecharlos, deposítalos en los puntos limpios o de recogida de residuos para su tratamiento o piensa en regalar los electrodomésticos y muebles usados a asociaciones que se encarguen de restaurarlos.

Utiliza artículos recargables en la medida de tus posibilidades.

Ahorrarás materias primas y contribuirás a reducir la contaminación generada por el proceso de producción. También puedes ahorrar dinero.

En el trabajo, opta por artículos de papelería recargables que puedan guardarse durante mucho tiempo; bolis, cartuchos de tinta, etc. A la hora del almuerzo o tentempié, lleva la comida en un recipiente reutilizable y la bebida en una botella reutilizable. Compre pilas recargables.

En casa, utiliza pañales reutilizables para su bebé. Hasta que cumple 3 años, el número de pañales que utiliza puede variar entre 5.000 y 6.000, es decir, aproximadamente una tonelada de pañales sucios por niño. Ahorrarás una cantidad importante de residuos, y también ahorrarás dinero.

En supermercados, tienda de cosméticos, droguerías o cualquier tipo de comercio en estos últimos meses, se ha empezado a notar un cambio en el envasado de algunos productos y alimentos. Se está comenzando a dar un mayor y mejor uso a los envases reutilizables y, en muchas ocasiones, están incorporando nuevas instalaciones de rellenado que apuestan por la innovación y la tecnología para alargar la vida útil de los envases. 

El mercado de segunda mano crece, y cada vez más. En la actualidad se considera una práctica habitual e inteligente que une economía y ecología, logrando un resultado imbatible. Conseguimos todo tipo de productos más baratos, y reducimos la huella de carbono de generarlos nuevos, que si optamos por el modelo insostenible del “usar y tirar”. 

Existen numerosas webs o tiendas físicas en las que puedes encontrar todo tipo de productos de segunda mano, tanto ropa, juguetes, muebles, aparatos electrónicos, etc. de los que obtendrás las mismas garantías que si los compras nuevos. 

No obstante, antes de adquirir cualquier producto, sea nuevo o de segunda mano, pregúntate primero si realmente lo necesitas.