Como se ha dicho, la finalidad inicial de la finca fue servir de vivero forestal, donde se cultivaban plantas destinadas a la repoblación de nuestros bosques. Esta actividad, aunque sigue estando presente, ha perdido protagonismo dentro del conjunto de actividades del centro. Así, algunas de las eras que en los primeros se dedicaban al cultivo del Taray, se han convertido hoy en un tarayal a través del que discurre una senda que va a desembocar a un pequeño humedal artificial, que reproduce así uno de los ecosistemas característicos de nuestra región: el de los humedales manchegos. También como resto de la actividad de cultivo de planta forestal, encontramos un pequeño pinar, que ejemplifica las formaciones boscosas de este tipo con las que contamos en Castilla-La Mancha.
En otra de las zonas antes dedicadas a eras de cultivo, se ha recreado de forma artificial una ría o arroyo, en torno al cual se han reproducido algunos de los hábitat vinculados a nuestros cauces fluviales. De esta forma, El Chaparrillo nos permite un acercamiento a la naturaleza.
Y por supuesto, aunque ya no es la actividad principal del centro, el cultivo de planta forestal sigue estando presente en el Chaparrillo, que aún hoy produce planta destinada a la repoblación con especies amenazadas, y a la cesión a entidades locales de la provincia para plantaciones vinculadas a actividades de educación ambiental. Así durante la visita educativa, todavía podemos ver semilleros, umbráculos e invernaderos para el cultivo forestal, y conocer cómo se obtienen y conservan las semillas de diferentes especies de plantas autóctonas para su posterior germinado, y cultivo.