Editorial

Recientemente se ha celebrado el primer Congreso virtual sobre medio ambiente y turismo rural en Castilla-La Mancha, un encuentro que ha permitido conocer de primera mano las inquietudes del sector, así como los principales retos a los que se enfrenta, y las nuevas iniciativas para conseguir que esta actividad se desarrolle de una forma sostenible, y pueda convertirse en un motor de desarrollo para algunos de los territorios más afectados por la despoblación en nuestra región.

En el fondo se trata una vez más de ver cómo conjugar el binomio medio ambiente y desarrollo, que en el caso del mundo rural tiene unas particularidades específicas. Estamos habituados a que se pongan en valor las cualidades estéticas del medio, sus paisajes, sus posibilidades de ocio. Pero el reto es conseguir trasladar una visión integral del medio rural, que dé un especial protagonismo a sus gentes, que durante siglos han mantenido una relación de equilibrio con su entorno, y han permitido así preservarlo en un buen estado de conservación. Esto implica poner en valor la forma de vida rural, sus costumbres, su cultura…

De esta forma, el turismo rural debe hacer posible el intercambio positivo de las experiencias entre los visitantes y los residentes, estableciendo una relación justa y equitativa en cuanto a los beneficios que esta actividad puede generar. De esta forma puede contribuir a la protección de los valores naturales y culturales, y apoyar la mejora de la calidad de vida local y posibilitar su viabilidad económica.

En este número dedicamos un artículo al décimo aniversario de la declaración del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, un enclave singular y emblemático de nuestra región, en el que se unen una gran diversidad natural, y un rico patrimonio cultural y etnográfico. Un espacio pionero en la implantación del Sistema de Reconocimiento de la Sostenibilidad del Turismo de Naturaleza en la Red Natura 2000, que ha permitido que las empresas de la zona relacionadas con el turismo rural y de naturaleza, se sumen a este enfoque de turismo como motor de un desarrollo local sostenible.

En la sección de caza y pesca nos ocupamos del Plan de Gestión de la trucha común de Castilla-La Mancha, que se plantea como objetivo la conservación de las distintas poblaciones naturales de esta especie y de la calidad de sus ecosistemas acuáticos. El Plan dedica un apartado especial al fomento de la pesca deportiva de la trucha común, una posibilidad para el enriquecimiento de la economía de las zonas rurales, y su desarrollo sostenible, que pretende al tiempo poner en valor tanto el carácter nativo y salvaje de la especie, como la riqueza y alto valor paisajístico de las zonas trucheras.

Por último, dedicamos la sección de educación ambiental a los campamentos de verano que se han desarrollado en el Centro Provincial de Educación Ambiental de Albacete, una alternativa de ocio educativo para el periodo estival, que, con el eje del cambio climático, pretende trasladar a los participantes una visión integral del medio ambiente, concienciándolos sobre la incidencia de nuestra actividad en la conservación de nuestro entorno.