La presencia de estos espectaculares pliegues en el paraje de Cuevas Labradas, nos sirve para mostrar, de una forma didáctica, cómo actuaron los esfuerzos tectónicos a lo largo de la historia geológica en este lugar
Más de tres cuartas partes del territorio del Parque Natural están cubiertas por masas naturales de bosques, entre los que encontramos valiosos sabinares, pinares de pino silvestre, laricio, rodeno y carrasco, quejigares, encinares, rebollares y, en el caso más frecuente, bosques mixtos en que se mezclan especies de coníferas y frondosas. Flanqueando los cursos fluviales se asientan valiosos bosques riparios con sauces, chopos y fresnos y, en los lugares más húmedos y frescos, descubrimos enclaves florísticos de excepcional valor, con bosquetes relícticos de flora eurosiberiana en los que se mezclan avellanos, tejos, tilos, acebos, mostajos y abedules. En el entorno de las salinas y en las turberas también se encuentran numerosas especies vegetales singulares.
Los diversos grupos faunísticos están bien representados en el Alto Tajo, destacando la comunidad de rapaces rupícolas que anida en las hoces y cortados rocosos, con valiosas poblaciones de águila perdicera, águila real, halcón peregrino, alimoche y buitre leonado. En el grupo de las aves también son importantes la comunidad de rapaces forestales y la de aves paseriformes. Entre los mamíferos destacan las poblaciones de especies como la nutria y el topillo de Cabrera; las de carnívoros como el gato montés, la gineta y la garduña; herbívoros como el corzo, el ciervo y la cabra montés; y omnívoros como el tejón o el jabalí. En el grupo de la ictiofauna destaca la población de trucha autóctona y, en el de los invertebrados, la de cangrejo autóctono de río, que encuentra en los cursos fluviales del Alto Tajo uno de sus últimos reductos. Diversos lepidópteros como el pavón diurno, o la mariposa isabelina, propia de los pinares húmedos de pino silvestre, completan el rápido inventario de las especies de fauna más notables, aunque existen muchas otras.
Esta gran diversidad y riqueza en especies de fauna y flora y en formaciones vegetales se explica, entre otros factores, por la variedad de litologías (tipos de rocas) y de suelos que encontramos en el Parque Natural del Alto Tajo, un espacio natural caracterizado por su excepcional geodiversidad.